Han sido muchas las horas, los minutos y los días, que tantos han esperado para darse ese baño que les sacara de lo cotidiano. Miradas infinitas al fondo del mar esperando el momento de desenfundar el material y sentirse como una sola parte homogénea y compacta dentro del océano.
Esta sed insaciable de sentir nuestra quimera en el filo plateado y salado de las aguas del mundo, nos ha llevado a conocer estilos, argumentos nuevos, lugares y personas que ahondarán hasta el fin de los días.
Un espíritu que alienta los sueños. Sueños que reposan en las mentes tras largas sesiones de amistad. Es aquí y ahora donde enlazamos las horas. El descanso se transforma en la verdadera sensación. Necesitamos explicar lo vivido. El contacto del agua estará siempre en nuestra piel, nuestro ritmo y nuestro lenguaje. La noche será súper estrellada. Dejamos las aguas y encontramos un punto de reunión cada tarde.
El ambiente chill, el buen gusto por la música y un buen mojito nos proporcionará otra perspectiva. Es cierto, no existe nada igual en la playa del Palmar. Una terraza a pie del mar donde contrastar el día. Un punto de reunión que se establece en un concepto único como lugar de copas, escuela de surf, tienda y lugar de ocio con pista de Voley con unas vistas indiscutiblemente perfectas. Con atardeceres rotos que nos harán nacer. Donde miraremos el presente sin recordar el futuro, donde la línea del tiempo se desvanece y los rayos del sol se mezclan con el brillo incandescente de la mar.
Estamos seguro de que los años pasarán y los de entonces seguiremos siendo los mismos. Gracias al espíritu de la buena vida: deporte, ocio y buena música.
Os esperamos...
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